Hemos
visto cómo en la actualidad el embarazo en la diabética debe ser planeado. Es
fundamental un buen control metabólico incluso preconcepcional para hacer una
profilaxis de las malformaciones.
El
conseguir este equilibrio metabólico supone una serie de principios:
1)
La gestante diabética es de alto riesgo, debe
ser controlada por un equipo multidisciplinario obstétrico-diabetológico.
2)
Excepto en algún caso de diabetes de tipo A que
sea necesario sólo un control diabético, habrá que emplear sistemáticamente
insulina y preferentemente serán los tipos de acción más corta aunque eso
suponga dosis repetidas. En el embarazo es difícil un control óptimo sólo con
insulina lenta. Las necesidades de insulina aumentan de forma evidente en el
segundo y tercer trimestre, de forma que una disminución de las necesidades de
insulina en esta época es un signo de mal
pronóstico fetal.
4)
El control fetal debe ser intensivo a partir de
la 30 semana. La interrupción del embarazo debe plantearse de forma
individualizada en función diferentes aspectos.
5)
La vía del parto no tiene por qué ser cesárea
incluso en las diabetes importantes. Lo que es evidente es que la finalización
del embarazo debe ser planeada y llevarse a cabo en el momento oportuno.
Durante el parto las necesidades de insulina suelen bajar entre otras cosas por
la no ingesta. Aquí es especialmente importante el utilizar insulinas rápidas
incluso las bombas de perfusión insulínicas o páncreas artificial.
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