Aproximadamente un 10% de los enfermos
hospitalizados son diabéticos , lo que no es de extrañar dada la gran
importancia de la diabetes en los países occidentales.
Los pacientes diabéticos enferman y
requieren de la cirugía igual o incluso con más frecuencia que la población no
diabética, debido a una serie de trastornos consecutivos a la evolución de la
propia enfermedad.
En la actualidad no se puede admitir que
cualquier intervención suponga un alto riesgo para el paciente diabético, si
bien es preciso tener muy presente que este tipo de pacientes precisarán de
ciertos ajustes en su control, motivados fundamentalmente por el estrés.
Efectos
del estrés sobre la diabetes
La intervención quirúrgica supone una
agresión al paciente que desencadenará una respuesta biopsicológica, la cual se
iniciará como un proceso neuroendocrino y terminará en una alteración
metabólica.
La respuesta inicial ocurre ya durante el
periodo preoperatorio o “fase de
progresión” como consecuencia de la ansiedad ante la intervención o estrés
psicológico. A esto se añade el estrés quirúrgico que dura de dos a cuatro días
y en la que inciden una serie de factores o circunstancias como son anestesia,
medicamentos, traumatismo, infecciones, dolor, etc, que suelen combinarse frecuentemente desencadenándose la respuesta al estrés.
En todo esto proceso influyen los efectos de diferentes hormonas
como la liberación de catecolaminas,
secreción de glucocorticoides, liberación de HGH u hormona del crecimiento.
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