La obesidad, almacenamiento excesivo de la
energía en forma de grasa en el tejido adiposo, es el trastorno metabólico más
frecuente observado en los países desarrollados, cuyas consecuencias son de
extraordinaria importancia, ya que conlleva una menor expectativa de vida. Es
causa de múltiples complicaciones quirúrgicas y mal control de enfermedades
preexistentes y constituye un factor de riesgo nada despreciable de padecer
diferentes patologías. La obesidad es capaz de actuar como factor
desencadenante del trastorno del metabolismo graso y precipitante en personas
predispuestas hereditariamente, es decir, con antecedentes familiares de D.M;
tanto más cuanto más próximo lo sea el familiar.
Hoy la mayoría de los diabéticos no insulinodependientes
por encima de los 50 a. son obesos y en ellos el sobrepeso es un factor de
resistencia al tratamiento.
Aunque la causa de la obesidad se debe a dos
factores fundamentales: el exceso de ingesta calórica y el sendentarismo, es
decir, una desproporción entre el aporte y el gasto, no podemos olvidar que
existen unos factores intrínsecos de tipo metabólico, genético, neurológico,
sociológico e incluso socio-económico que intervienen en su desarrollo.
Esta imagen está obtenida de Internet y por lo tanto, propiedad de sus respectivos autores. |
En cuanto a su relación con la DM ya en 1935
Ogivia, basándose en el hallazgo de hiperplasia pancreática en los obesos,
sugiere que la obesidad conduce a DM por estimulación del páncreas en la
liberación y secrección de insulina, pero esta observación no explicaba
previamente todas las alteraciones. Hoy está bien establecido que la obesidad
crea una resistencia a la acción periférica de la insulina debido al fenómeno
de "Down regulation", provocando la hiperinsulinemia. De todas
formas, en la patogénesis de la diabetes
en el obeso intervienen varios factores y no es posible explicarlo por uno
solo.
Para comprenden mejor estos mecanismos hay que
reseñar que la secrección de insulina es pulsátil, regulada no sólo por la
comida sino también por neurohormona, HGH, somatomedina...., esta pulsatilidad
es importantísima, ya que previene de un exceso de insulina circulante y la
consiguiente producción de hipoglucemia que ocurriría si la secrección de insulina fuese tónica.
Si el sujeto continua aumentando el aporte
calórico o tiene escaso gasto (sedentarismo) el problema se perpetúa. Esto se
corregirá dismimuyendo la ingesta ya que entraría en acción el mecanismo de
"Up regulation" aumentaría el número de receptores periféricos para
insulina, ésta dismiuye su secrección, se va normalizando la hiperglucemia y la
diabetes va mejorando. A su vez, disminuye paulatinamente el tamaño del
adipocito y el sujeto va adelgazando. Lo mismo ocurriría si el sujeto aumentara
el gasto calórico mediante ejercicio.
Estudios realizados en animales han demostrado
que la obesidad puede iniciarse por un disturbio hipotalámico, ya que estas
lesiones inducen a cambio en la pulsatilidad de la insulino secrección.
En 1916 Joslin escribía: "ninguna anomalía
preexistente ha ocurrido entre mis diabéticos más frecuentemente que la
obesidad". La obesidad es, pues, una espléndida oportunidad para la
práctica de la medicina preventiva. Hoy 80 años después esta afirmación sigue
teniendo vigencia. Por eso la prevención debe constituir una norma desde la
niñez.
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