-Coja la jeringa firmemente con la mano dominante y con la otra mano pellizque una sección de unos 5cm de piel y clave la aguja en esta sección con un movimiento rápido y decidido. El ángulo de inyección normal está comprendido entre los 45 y 90 grados, eligiendo siempre la inclinación que nos asegure la inyección subcutánea profunda; tras aspirar observe si hay sangre en el cuerpo de la jeringa. Si esto sucede no se inyectará la insulina porque la aguja habrá entrado en un vaso sanguíneo, saque la aguja y empiece de nuevo con otra jeringa y
en otro lugar.
-Empuje el émbolo de la jeringa hasta inyectar la dosis de insulina cargada y cuando termine saque la aguja de la piel suavemente, presionando con el algodón impregnado con el acohol sobre la zona de la punción. Tire la jeringa protegiendo la aguja.
En muchas ocasiones en vez de utilizarse una jeringa normal, se usan plumas inyectoras u otros métodos. En dichos casos, se seguirá el mismo método, pero no es necesario aspirar.
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